lunes, 7 de febrero de 2011

Viejos Cuentos... Nuevos Finales

Según la religión cristiana, en el sexto día Dios creó al hombre, y como lo vio demasiado solo, tomó su costilla y creó también una mujer para que le hiciera compañía. Desde entonces, esta ecuación precaria se repite en todas las fábulas: en los cuentos infantiles, en las telenovelas, en las comedias románticas… siempre es el hombre el que a través de su deseo da sentido y vida a la mujer.

Por ejemplo, la Cenicienta cuenta la historia de una joven hermosa obligada a servir a su madrastra y a sus dos hijas feas, hasta que un día, con la ayuda de un hada madrina, asiste a un baile en el palacio real, donde conoce al príncipe del reino, que la rescata de su familia y la lleva a vivir con él.

En La Sirenita, una sirena hermosa de voz dulce, se enamora a primera vista de un joven capitán que rescata de un naufragio. Conmocionado por el accidente, cuando el capitán despierta, la confunde con otra mujer y le propone matrimonio. La Sirenita, entonces, consulta a una bruja mala, quien le da un par de piernas de mujer a cambio de su bella voz, bajo la advertencia de que podrá recuperarla sólo si logra que el capitán se enamore de ella.

En la Bella Durmiente, la protagonista es una hermosa princesa víctima de un embrujo. Un hada maligna la condena a permanecer dormida durante cien años, y un hada buena, para ayudarla, modifica ese hechizo para que se despierte cuando un joven príncipe se enamore y la bese.

Tanto en la Cenicienta, como en la Sirenita, como en la Bella Durmiente, sólo el hombre puede darle sentido a la vida de la mujer, que es tratada como es un ente inmóvil sin ambiciones ni sueños, paralizado en su propia tragedia, hasta que un príncipe valiente la libera de su esclavitud, le devuelve su voz o le da vida con un beso.

Para dar un vuelco a esta tradición encontramos el siguiente vídeo, “Viejos Cuentos… Nuevos Finales”, donde se proponen historias alternativas a estos cuentos tradicionales en las que la mujer demuestra que no necesita un hombre para valerse por sí misma y ser feliz.


3 comentarios:

  1. Es verdad a menudo se usan los estereotipos como la belleza, la heterosexualidad, el sexo, la raza dominante... Afortunadamente a veces no es así: Mulan, La Bella y la Bestia, El Jorobado de Notre Dame...

    ResponderEliminar
  2. Antonio Carrasco Martínez
    Es verdad que en algunos cuentos es la mujer la que depende del hombre, pero en otros no.
    Y lo que esos cuentos del ejemplo quieren decir es que la mujer y el hombre se necesitan mutuamente, no la mujer necesita al hombre ni el hombre necesita a la mujer (para que no halla discusiones).

    ResponderEliminar
  3. Es verdad.En los cuentos siempre está el principe azul que salva a la mujer.Como si las mujeres no se pudieras salvar solitas...Pero parece que las mujeres dependen solo de los hombres.Haber:¿Cuando se ha visto que,en un cuento,una princesita sea rescatada por otra princesita o por alguna mujer?
    ¡Ah!,por cierto,el video es muy gracioso.

    ResponderEliminar