lunes, 14 de febrero de 2011

“La ablación de las mujeres en África”

La ablación consiste en la extirpación o corte de parte o partes de los genitales externos de las mujeres. Es por tanto una agresión a la integridad física de las mujeres que a pesar de estar prohibido ya en muchos países africanos, se sigue practicando como tradición de una cultura ancestral. Dicha mutilación forma parte del ritual que se les hace a muchas niñas africanas para que sean aceptadas como esposas, seguida del acuerdo de las familias del padre de la joven y del esposo sobre el “número de camellos” que valdrá.


Hay una serie de justificantes para esta práctica: se piensa que las mujeres se mantendrán vírgenes hasta el matrimonio, siendo más deseables a los hombres; es una condición indispensable para ser aceptada como mujer adulta, pura y miembro del grupo; la mujer es más fuerte a las enfermedades y puede dar mejor a luz; la mujer será mucho más sumisa y servicial etc. La realidad es que las consecuencias de esta escisión son muy graves: dolor en el coito, infertilidad, mortalidad materno-fetal por dificultad en los partos, muerte por hemorragia al hacer la ablación sin medidas sanitarias, perdida del deseo y del placer sexual etc.


La ablación se puede considerar como una forma de machismo, ya que suele ser el hombre el que decide si se practica o no la infibulación a sus hijas. En muchos países se ha demostrado que esta práctica se sigue haciendo debido al analfabetismo de la población. De hecho, en algunos países ya se están tomando medidas y a los matrimonios les ponen documentales para que vean lo que les puede pasar a sus hijas si les practican la infibulación. Les han de poner vídeos, porque solo entienden el lenguaje visual, pues no saben leer ni escribir. Algunas parejas después de ver estos vídeos deciden no practicarles la ablación a sus hijas. Estas medidas se están tomando en países como Burkina Faso.


Aún así muchos expertos dicen que han de pasar unas 3 generaciones para conseguir una erradicación de esta horrible mutilación, pero lo que parece estar claro que el camino hacia su desaparición pasa por una educación básica de la población y concienciación sobre lo abominable de dicha práctica.

miércoles, 9 de febrero de 2011

FEMICIDIO Y ESTADÍSTICAS


Éste es un corte del microespacio de Carlos Bellver Historias de la justicia, de Radio 5 que cuenta algunos datos interesantes sobre lo que se empieza a denominar en el ámbito jurídico como femicidios:

lunes, 7 de febrero de 2011

Viejos Cuentos... Nuevos Finales

Según la religión cristiana, en el sexto día Dios creó al hombre, y como lo vio demasiado solo, tomó su costilla y creó también una mujer para que le hiciera compañía. Desde entonces, esta ecuación precaria se repite en todas las fábulas: en los cuentos infantiles, en las telenovelas, en las comedias románticas… siempre es el hombre el que a través de su deseo da sentido y vida a la mujer.

Por ejemplo, la Cenicienta cuenta la historia de una joven hermosa obligada a servir a su madrastra y a sus dos hijas feas, hasta que un día, con la ayuda de un hada madrina, asiste a un baile en el palacio real, donde conoce al príncipe del reino, que la rescata de su familia y la lleva a vivir con él.

En La Sirenita, una sirena hermosa de voz dulce, se enamora a primera vista de un joven capitán que rescata de un naufragio. Conmocionado por el accidente, cuando el capitán despierta, la confunde con otra mujer y le propone matrimonio. La Sirenita, entonces, consulta a una bruja mala, quien le da un par de piernas de mujer a cambio de su bella voz, bajo la advertencia de que podrá recuperarla sólo si logra que el capitán se enamore de ella.

En la Bella Durmiente, la protagonista es una hermosa princesa víctima de un embrujo. Un hada maligna la condena a permanecer dormida durante cien años, y un hada buena, para ayudarla, modifica ese hechizo para que se despierte cuando un joven príncipe se enamore y la bese.

Tanto en la Cenicienta, como en la Sirenita, como en la Bella Durmiente, sólo el hombre puede darle sentido a la vida de la mujer, que es tratada como es un ente inmóvil sin ambiciones ni sueños, paralizado en su propia tragedia, hasta que un príncipe valiente la libera de su esclavitud, le devuelve su voz o le da vida con un beso.

Para dar un vuelco a esta tradición encontramos el siguiente vídeo, “Viejos Cuentos… Nuevos Finales”, donde se proponen historias alternativas a estos cuentos tradicionales en las que la mujer demuestra que no necesita un hombre para valerse por sí misma y ser feliz.